Hoy hace 5 años que empezamos este experimento de comprar una hamburguesa McDonalds para dejarla en un rincón a esperar para comprobar si era verdad esa leyenda urbana que dice que no se va a pudrir y se conservará como su primer día hasta la eternidad.

Después de estos 5 años solo nos queda confirmar que la hamburguesa sigue ahí, con su mismo color, con su mismo aspecto y sin pudrirse. A simple vista está igual que el día que la compramos.
Vale, ha cambiado en algo con respecto a aquel día y es que ahora está dura como una piedra, pero es en lo único que ha cambiado.
Incluso el pan conserva su color y brillo del día en que lo compramos con la hamburguesa. Hasta dan ganas de hincarle el diente.

Las patatas no podían ser menos y siguen casi como el primer día, aunque en este caso parece que se han encogido un poco, pero el color no ha variado casi en nada.
Tanto hamburguesa, como patatas y pan confirman que las hamburguesas de McDonalds no se pudren con el paso de los años, solo se convierten en alimentos duros como piedras, pero siguen conservando el mismo color y aspecto como el día que se compraron. Las imágenes que acompañan a este artículo hablan por si solas.

Por el resto todo lo que podamos decir en este artículo es lo mismo que escribimos en el del año pasado. Nada ha cambiado, ni esperamos que nada cambie para el sexto cumpleaños, al cual estáis todo invitados.