La crisis sanitaria ya comienza a mostrar sus efectos secundarios en la economía China

Dos meses después de que, el ahora mundialmente conocido COVID-19, hiciera acto de presencia en China, su economía comienza a resentirse más de lo que habían estimado.

Los datos sobre los servicios y la producción industrial, ha caído a datos jamás vistos. En la misma proporción, han aumentado las cifras de los que ahora están en desempleo. Un porcentaje de personas sin trabajo, que alcanza un porcentaje histórico del 6,2%.

China
China

No se recordaban desde 1989 unos datos tan negativos en el continente asiático.

Según las estimaciones iniciales, estas cifras comenzarían a recuperarse a lo largo del mes de marzo, pero la expansión del virus al resto del mundo frenará de nuevo las previsiones. El hecho de que China, sea el principal importador en Europa o EEUU, constituirá un dato negativo al que tendrán que hacer frente en esta ocasión.

Con este panorama en Europa todos recuerdan aquel refrán que dice: «Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar». El escenario, sin embargo, se prevé mucho más dramático en las fronteras europeas, con datos que podrían retrotraerse a los padecidos en tiempos de guerra.

Lejos está la crisis de 2008, que se quedará al lado de lo que se prevé, como un buen recuerdo de lo que teníamos. El BCE anunciaba esta misma mañana un plan de 750.000 millones de euros, destinados a la compra de deuda pública de los países que sufren en estos momentos el azote del coronavirus. Un intento por minimizar los efectos de este terrible frenazo en la economía de estos países.

Los gobiernos se esfuerzan ahora por contener el virus, una vez que esto suceda, será el tiempo de echar la mirada al frente y poner en pie lo que esta pandemia está llevándose por delante. Los presagios de momento, no dejan espacio al optimismo.

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