The brilliant Reading Rest, el atril que buscaba

Si después de largas horas de estudio o tras una buena sesión de lectura, tu cuello te dice que «ahí está» quizás tengas que buscar una solución. En ocasiones las cosas más sencillas son las que nos solucionan pequeños problemas del día a día, que nos impiden desarrollar nuestras actividades con normalidad.

A la hora de estudiar una de las partes de cuerpo que más se resienten es nuestro cuello. Con él toda la espalda en general. Algo que se puede solventar con un atril que nos permita mantener la cabeza erguida mientras memorizamos lo escrito en unos folios o en el libro de turno.

Atril en su embalaje original

Entre las cosas que se suele valorar en estos productos, es que sean resistentes, pero ligeros a la vez. Duraderos sin tener que renunciar a una apariencia sencilla. Y ya que vamos a tener que verlo durante largas jornadas, pues mejor será que tenga una estética que nos resulte cuando menos armoniosa.

En mi búsqueda por el atril perfecto, di con The Brilliant Reading Rest. Como buen ratón de biblioteca que soy, acostumbro a ver algunos de estos artilugios en las mesas de mis compañeros de batallas. Sencillos, muy ligeros algunos, pero que no eran capaces de mantener erguido un simple folio. Lo de poner un libro misión imposible, si el libro además pasaba de más de 100 páginas, una quimera.

En alguna ocasión vi alguno que soportaba hasta los tomos más extensos de cualquier manual, pero casi siempre fabricados en madera. Esto los hace ser pesados y difíciles de trasportar con comodidad.

Atril

Tenía claro que quería algo duradero pero que no me hiciera dejar la espalda en su transporte. En esto el material de The Brilliant Reading Rest se ajusta a la perfección a mis necesidades. Fabricado en un plástico de gran resistencia, está dotado de gran ligereza sin dejar de perder un ápice de firmeza en sus funciones. Gracias a esto también permite que sea limpiado con facilidad con un trapo húmedo.

Tiene tres posibles posiciones de verticalidad, y dos pestañas que permiten que las páginas se queden fijadas de una manera sencilla.  El color escogido fue violeta oscuro, me gustó por no estar muy visto y por ser muy sufrido. Mis despistes con los bolígrafos tenían en este color el aliado perfecto.

El precio fenomenal, el simple hecho de escogerlo en ese color lo hacían ser más barato que en aguamarina o en blanco.

Atril con libro

Tras ya varias semanas de uso, puedo afirmar que he acertado de pleno en mi compra. Mi espalda es la que más está convencida de eso.

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