Los termómetros están con nosotros desde el primer día de nuestra vida. No hay casa, o por lo menos no debería haber, que no tenga su termómetro en el botiquín o en un cajón para tomar la temperatura del cuerpo si nos encontramos mal.
Hace años lo que se llevaba eran los termómetros de mercurio, pero debido a que se podían romper, y el mercurio es muy peligroso para la salud se fueron sustituyendo por los termómetros digitales.
El uso de los termómetros es muy sencillo, la verdad que no tiene ninguna complicación. Llega con colocarlo en la boca, la axila o en los bebés en el ano y esperar a que nos de la temperatura. Luego queda interpretar los datos, pero tampoco es nada complicado.
Vamos con toda esta información que deberías saber para usar y comprar un termómetro.
Donde tomar la temperatura a los bebés
El termómetro de mercurio a pesar de su fiabilidad, ha sido desaconsejado para el uso en el hogar. A partir de ahí, un buen termómetro digital se convierte en la mejor opción, y si es rápido mucho mejor pues los niños no suelen poner fácil la tarea de verles la fiebre.
Un termómetro digital, con la punta flexible es la mejor opción para poder tomar la temperatura a nuestro bebé.
La toma de temperatura debe hacerse en el ano, al menos esa es la recomendación que dan la mayoría de los pediatras, sin embargo suele ser una maniobra que no a todos los niños les gusta y si no se hace correctamente o el niño se mueve mucho podemos hacerle daño. Si es el caso de tu bebé, ponle el termómetro en la axila y si arroja una temperatura superior a los 37º centígrados, tómasela vía anal.
Hay que tener en cuenta que el niño no puede moverse y que además la temperatura que nos dé es 0,5º superior a la real. Con todos estos datos, la toma de la temperatura en la axila parece ser la mejor opción.
Temperatura normal del cuerpo
La temperatura del cuerpo humano oscila entre 35 y 37 grados. Ante la presencia de alguna infección en nuestro cuerpo, la temperatura subirá a más de 37 grados y si sobrepasa los 38 es cuando ya tenemos fiebre y deberíamos acudir al médico en caso de que se mantenga durante más de tres días.
En los bebés los primeros síntomas de fiebre empiezan al pasar de los 38 grados, debido a que su temperatura corporal es un poco más alta que la de los adultos. De 36 a 37,6 grados en un niño menor de dos años es su temperatura normal.
¿Que es la febrícula?
Muchas veces tenemos molestias en nuestro cuerpo con pequeñas subidas de temperatura a las que llamamos febrícula.
La febrícula, en adultos, es cuando la temperatura de nuestro cuerpo se encuentra entre los 37 y los 38 grados centígrados.
No se considera fiebre y puede ser ocasionada por una pequeña infección o simplemente por un estado de nerviosismo que hace que nuestro cuerpo suba un poco la temperatura. No requiere acudir al médico ni hacer nada en especial, simplemente llega con volver a tomar la temperatura del cuerpo para ver si se normaliza o supera los 38º.
En los bebés la febrícula es aquella temperatura que está comprendida entre los 37,6º y los 38º.
¿Como bajar la fiebre?
La fiebre se puede bajar con medicamentos o con pequeños remedios caseros que suelen funcionar para bajar o mantener la fiebre del cuerpo. Pueden ser usados tanto par adultos como para niños.
Estos son los consejos que nosotros te recomendamos:
- Usar toallas húmedas en los pies. Debemos coger una o dos toallas, mojarlas bien y cubrir los pies con ellas. Cuando se calienten, las cambiamos de cara o volvemos a humedecer. Debemos hacer esto tantas veces como sea necesario hasta que la fiebre baje a una zona aceptable.
- Colocar una toalla húmeda en la frente o nuca. Otra opción parecida a la anterior y que funciona siempre, es colocar una toalla mojada en la frente o la nuca. La cambiamos cada poco y controlamos la temperatura hasta que baje.
- Quedarnos con la mínima ropa posible. La ropa lo que hace es subir la temperatura de nuestro cuerpo. Lo mejor es quitarla y con ayuda de las toallas seguir bajando la temperatura. A los bebés cuando duermen mejor colocarlos en la cuna sin tapar y solo con el pañal puesto.
- Beber mucho líquido. Lo mejor es beber agua cada poco, debido a que la fiebre puede hacernos perder liquido y de esta forma lo recuperamos además de refrescarnos por dentro. Hay que evitar la deshidratación. Un helado también es una buena opción
- No comer si es posible. La comida hace subir la temperatura un poco, si se puede no comer durante la fiebre alta.
Lo normal es que con estos consejos la fiebre baje. En caso contrario y si la temperatura es elevada se debería contactar con un médico o servicio médico de atención telefónica.
¿Que termómetro comprar?
Nosotros te recomendamos de tres tipos, los termómetros digitales de siempre, los de oído y los de frente. El termómetro de mercurio, tal como decíamos antes, lo descartamos porque puede llegar a ser peligroso.
¿Cual es mejor de los tres? Eso ya depende de cada uno, personalmente me quedaría con el termómetro digital, pero el de oído si se usa bien o el de frente también son dos muy buenas opciones. Las diferencias principales son de velocidad, el digital es lento, mientras que el resto son muy rápidos. El precio es también otra diferencia que puede echar para atrás a la hora de adquirir un termómetro de frente o de oído.
Si hay niños en casa la mejor opción es el termómetro de frente No Contac. Es rápido y no molestará nada al niño.
En fiabilidad los tres modelos están a la misma altura. Así que esta opción queda en manos de cada uno.
Termómetros digitales
Los termómetros digitales son los más usados en el hogar. Se puede decir que la mayoría de los hogares tienen uno.
Están compuestos por una punta donde hay un sensor que mide la temperatura. Esa punta es la que se debe colocar en cuerpo para medirla, normalmente en la axila o la ingle. En la parte contraria al sensor nos encontramos una pantalla con dígitos que nos indica la temperatura que acaba de medir del cuerpo. Al finalizar la medición un pitido nos avisa para que lo retiremos.
El termámetro digital es el más usado en los hogares.
Son precisos, pero la temperatura cambia si la tomamos en la axila o en la boca. Lo mejor para tener una temperatura más exacta es la boca.
Una pequeña pila le da la energía suficiente para varios años de mediciones.
A favor de estos termómetros podemos podemos decir que son muy asequibles a cualquier bolsillo y ocupan muy poco espacio. En su contra es que tardan hasta un minuto o más en tomar la temperatura final del cuerpo y si a quien se la tomamos es un bebé puede ser algo complicado.
Termómetros de oído
Estos termómetros lo que hacen es medir la temperatura que hay en el oído. Para ello debemos acercar su sensor al interior de oído y pulsar el botón de medición. En un par de segundos nos dará la temperatura del cuerpo de forma precisa. En una pantalla digital nos aparecerán los datos de la temperatura.
Suelen traer una funda para el sensor por si se mancha al meter en el oído.
En los hospitales y centros con gente mayor se usa mucho.
Es ideal para niños y bebés, gracias a su rapidez y que aunque ellos estén intranquilos no les molesta y su tiempo de uso es mínimo.
Puntos a su favor son la rapidez y que no es nada intrusivo con los niños, por lo que nos podemos ahorrar muchas llantinas a la hora de tomar la temperatura. En contra quizás un precio un poco más elevado que los digitales, aunque no son caros.
Termómetros de frente Sin Contacto
Estos termómetros láser o infrarrojos son los más fáciles de usar. Simplemente llega con apuntar a la frente del paciente y en menos de 3 segundos tenemos la temperatura. Usan infrarrojos y son los más higiénicos si se usan con varios pacientes, ya que en ningún momento lo tocan. Con ello se evitan posibles contagios de enfermedades.
Son rápidos y muy precisos, pero lo mejor es que no solo sirven para medir la fiebre, también puedes usarlos para medir la temperatura de objetos y del ambiente. Donde se apunte el mide la temperatura.
Son los que menos van a molestar a los niños a la hora de usarlos. Es apuntar a la frente y se obtiene el resultado sin tocar al niño o bebé. Si buscas un termómetros para bebés, este el que necesitas.
A favor lo mejor es son rápidos, además de muy precisos y son ideales para los más pequeños de la casa o para el trabajo si tenemos varios pacientes. En contra lo mismo que los de oído, un poco más caros que los digitales, pero asequibles a todos los bolsillos.
Esperamos que este artículo os haya servido para solucionar vuestras dudas y si necesitáis un termómetro, haber ayudado a hacer la mejor elección. Deseo que pocas veces necesites un termómetro!
Me ha gustado mucho el artículo. Muy interesante. Saludos desde México.
Yo creía que los termómetros que se ponen en el oído no eran todo lo exactos que deberían ser, pero después de leer el post tengo que reconocer que estaba equivocado.
Mi abuela nos ponía la palma de la mano en la frente y sabía si teníamos fiebre o no. Lo mejor es que acertaba hasta los grados que teníamos.
Mi hijo tiene pánico a los termómetros. Al final me he decidido por comprar uno de los de señalar en la frente para ahorrar en berrinches.
Mi termómetro de oído cada vez da una temperatura distinta. Al final mucha tecnología pero falla más que los otros
No sabía yo que el mundo de los termómetros era tan interesante. 🙂