Los gases que usamos en casa no huelen, pero como eso podría ser peligroso para el ser humano ya que no advertiríamos un escape de gas cuando se produzca, la empresas y la normativa obligan a poner olor a estos gases, como el butano, gas ciudad, etc.
El olor es fuerte y característico para así poder diferenciarlo bien de otros olores y en el momento de que la instalación sufra un escape poder darnos cuenta al momento y no sufrir ninguna tragedia. Si esto no fuera así, no sabríamos de la perdida de gas y poco a poco iríamos perdiendo la consciencia hasta desfallecer o incluso podríamos encender una llama sin saber el peligro que ello conlleva y tener una gran explosión en nuestro hogar.
Para obtener este olor el gas se mezcla con una materia vegetal en descomposición que es la encargada de añadir el olor. Esta sustancia que se le incorpora es el metanotiol y sin duda ha salvado miles de vidas en los últimos años.
Detectores de gas
En caso de que tu nariz no funcione del todo bien, no pasa nada, en el mercado hay decenas de aparatos que nos avisan de los escapes de gas con algún pitido e incluso los más complejos con avisos a nuestro móvil.
Su funcionamiento es sencillo. Simplemente hay que colocarlos en la cocina o en el lugar donde tengamos el gas y enchufarlos o ponerle pilas. En el momento que detecten que en el ambiente hay algún gas perjudicial para nuestra salud, normalmente butano o propano, darán la alarma con un fuerte zumbido. Lo mejor es dirigirse a la habitación en cuestión, abrir puertas y ventanas, no encender la luz para evitar chispas que puedan iniciar una explosión y esperar que desaparezca el peligro mientras buscamos por donde está la perdida para solucionar el problema.
Ya sabes, si hueles a gas es que puede haber un escape en tu casa. Las revisiones de gas cada año pueden ayudar a que no tengamos ningún accidente de este tipo en el hogar.
Toda la vida pensando en que el butano tenía ese olor característico y al final era otra mentira más.