En que nos afecta la nueva norma de calidad del pan

El pasado viernes, 26 de abril, el Consejo de Ministros aprobaba la norma de calidad del pan. Acompañada de una serie de medidas, lo que se pretende con ella es mejorar la competitividad del sector de pan en España. Al mismo tiempo, las medidas que a partir de ahora tendrán que ponerse en vigor, tratan de dotar de mayor seguridad y transparencia el consumo de uno de los productos más demandados por los españoles.

Pan recién hecho
Pan recién hecho

El pasado 2018, el consumo medio por persona y año de este producto se estimó en unos 31,77 kilos. Como dato curioso a destacar es que las Comunidades Autónomas que más pan consumen son Galicia, Andalucía y Castilla La Mancha. Las que menos: Cataluña, Valencia y Madrid.

Dicho esto, conviene puntualizar de que forma nos afectará a los consumidores todo esto. ¿Veremos reflejada esta norma de alguna manera en nuestra compra diaria?. Definitivamente, si.

Novedades a tener en cuenta sobre el pan

  • La primera de ellas tiene que ver con el pan integral. Aunque no es el más consumido, si es el que en cierto modo, más a engaño podía llevarnos. Lo cierto es que bajo la denominación de pan integral, se empaquetaban panes con un porcentaje muy bajo de harina integral en su fabricación. A partir de ahora, todo el pan que se comercialice como pan integral, habrá de ser elaborado de forma exclusiva con harina 100% integral en su totalidad. No era difícil encontrar hasta ahora, panes llamados integrales con tan solo un porcentaje de un 20% o incluso menos de harina integral entre sus ingredientes.
  • Definición concreta para la masa madre: esa especie de ingrediente mágico que convierte los panes en delicatessen. El motivo, permite un contenido más bajo de fermentos industriales, en favor de un fermento mucho más natural. Es cierto que se alargan los procesos de levado pero acaba repercutiendo directamente en el sabor del producto. Ahora se delimita la definición de la masa madre, no pudiendo poner esa etiqueta sin control alguno. Quien quiera usarla en sus panes, tendrá que ajustarse a la definición que marca la normativa.
  • También se define de manera más clara la definición de pan artesano. Un pan que ahora deberá llevar incluida en su elaboración un factor humano, claramente predominante frente al técnico. Ya no vale llamar barra artesana a aquella que tiene un aspecto un poco más rústico pero que ha sido fabricada por una máquina.
  • Se amplía el concepto del denominado pan común. Bajo esta categoría, van a poder ser incluidos otros panes elaborados con salvado, integrales, con cereales o con otro tipo de harina que no sea la de trigo. De esta forma estos productos se verán beneficiados de un tipo de IVA reducido del 4%. Hasta ahora soportaban un IVA del 10%
  • La cantidad de sal que se usa para la elaboración del pan común, verá reducida su cantidad con esta nueva normativa.

Una serie de medidas que clarifican los productos que podemos encontrarnos en la cada vez más amplia sección del supermercado destinada al pan.

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